Biopoder y transexualidad (1)
- Verna
- 30 abr 2016
- 2 Min. de lectura
Hace unas semanas, TV3 emitió un programa sobre jóvenes transexuales, que puede visualizarse aquí:
http://www.tv3.cat/30minuts/reportatges/1984/Transit-menors-transsexuals.
El colectivo Joves Trans de Barcelona ha criticado este reportaje, en un vídeo-comunicado y luego en esta entrevista: https://directa.cat/opcions-davant-realitat-trans-son-trencar-esquemes-trencar-persones. Esta crítica quiere enseñarnos una cara de la cuestión trans que en el reportaje de TV3 fue ocultada. Lo que se ha ocultado, además, está relacionado con una forma de entender el "biopoder" desde la perspectiva trans de género. La doctrina sanitaria, cuya autoridad le permite intervenir en cuerpos a través de procedimientos tan agresivos como la cirugía o la hormonación, junto al disciplinamiento social general que cataloga estos cuerpos bajo los letreros de 'hombre' y 'mujer', son los dos elementos más importantes que esta crítica de manifiesto.
En efecto, los dos refieren a sendas dimensiones del biopoder que Foucault destacó. Por un lado, una "anatomopolítica" que se ejecuta sobre cada cuerpo individual, para encaminar sus fuerzas hacia el mantenimiento de las formaciones sociales existentes, y desviarlas de posibles reacciones que subviertan ese canon social. Por otro lado, una "biopolítica" que actúa a nivel de la sociedad, y que interviene sobre el entorno social para coordinar las necesidades y las tendencias de una población y evitar desequilibrios excesivos. Las coordinaciones biopolíticas a veces son instrumentos para la perpetuación de disciplinas anatomopolíticas; otras veces, es a la inversa.
En este caso, la anatomopolítica la encontramos del lado de la atención médica individualizada, de las presiones sociales cotidianas y del disciplinamiento educativo que inscribe el sexo en un binarismo. La biopolítica, por otra parte, está en la solidaridad entre, de una banda, el diseño de programas específicos, médicos y sociales, para el encauzamiento de las "irregularidades" (antes llamadas "perversiones") sexuales y de género, y de otra banda, la perpetuación del orden binario y jerárquico de la heterosexualidad hombre/mujer. Con todo ello intersecciona la cuestión del neoliberalismo (investigada en Nacimiento de la biopolítica), una doctrina que sostiene que uno "invierte" capitales en su propia vida para ganar peso en la competencia general por la satisfacción de los intereses: ser socialmente aceptado, gustar a los demás, o el simple reconocimiento de la propia identidad, serían cuestiones cada vez más económicas, y menos sociales, éticas o políticas.

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